viernes, 10 de octubre de 2014

La cosa más preciosa que tiene papá

Un papá preguntó a su hijo Alejo de cinco años de edad: "¿Qué es lo que más te gusta de papá?" Y el niño contestó: "Lo que más me gusta de papá es................. mamá".

Se había dado cuenta Alejo que papá y mamá eran de veras una sola cosa, y que los dos se amaban como a sí mismos. "Los maridos deben amar a su esposas como aman a sus propios cuerpos. Amar a su esposa, ¿no es amarse a sí mismo?" (Ef 5,28). No es tan fácil llegar a "amar al otro como a sí mismo". El egocentrismo nos encierra en nosotros mismos y nos impide amar al otro identificándonos con él. Ni siquiera entre marido y mujer es fácil aquella identidad que en cambio fácilmente se realiza entre madre e hijo. Amando a sus hijos los padres se aman a sí mismos porque los hijos, en cierto sentido, son parte de los padres. Pero no se puede decir la misma cosa cuando se trata de marido y mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario